Claves para protegernos de los golpes de calor
Con la llegada del verano, se incrementan las probabilidades de sufrir golpes de calor. Rafael González, profesor de Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera, comparte en este artículo algunas claves para protegernos.
Llega el verano y, con él, se multiplican exponencialmente las probabilidades de sufrir un golpe de calor. El golpe de calor es una condición médica que se produce cuando el cuerpo se sobrecalienta y nuestro centro regulador es incapaz de revertir la situación. Puede ocurrir cuando realizamos actividades físicas intensas en ambientes calurosos y húmedos, o cuando estamos expuestos al sol durante períodos prolongados.
Los síntomas del golpe de calor incluyen mareos, náuseas, dolor de cabeza, piel seca y caliente, sudoración excesiva, calambres musculares, confusión, convulsiones y pérdida del conocimiento. Y, si no se trata adecuadamente, puede ser potencialmente mortal.
Para protegernos del golpe de calor, es importante tomar ciertas medidas preventivas:
Mantenerse hidratado
Es importante beber suficiente agua y líquidos para mantenerse hidratado durante todo el día. Evitemos las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden aumentar la deshidratación.
Evitar la exposición al sol
Si es posible, no permanezcamos al aire libre durante las horas más calurosas del día (entre las 10 AM y las 4 PM). Si tenemos que salir, utilicemos ropa ligera y de colores claros, sombreros y gafas de sol para protegernos del sol.
Refrescarse
Busquemos lugares frescos y sombreados para refrigerar nuestra temperatura.
Descansar
Si estamos realizando actividades físicas, debemos tomar descansos frecuentes para evitar la fatiga y el agotamiento. También es importante dormir lo suficiente para mantener el cuerpo descansado y recuperado.
Conocer nuestros límites
Si no estamos acostumbrado a realizar actividades físicas intensas en ambientes calurosos, tenemos que comenzar poco a poco y aumentar gradualmente la intensidad. No debemos excedernos.