Un colegio con corazón, primera historia
En nuestro Colegio, cada mañana acuden casi 1.800 alumnos, más de 100 profesores y otras 100 personas que ayudan que todo lo que rodea la escuela funcione como un reloj. Los tiempos están tasados, los objetivos claros y las tareas definidas.
Pues bien, cada mañana al salir a recibir a los alumnos y sus familias, tras revisar agendas, responder correos y recibir al profesorado, veo el corazón del Colegio. Y me preguntaréis qué es lo que veo, qué es lo que ocurre… pues muchas cosas, en el Colegio pasan muchas cosas.
Desde esta nueva sección que abrimos en el CEU San Pablo Sanchinarro nos adentramos en el corazón de cada una de las personas que vive una jornada tras otra en sus aulas, pasillos, recreo, en definitiva, en los espacios donde los alumnos aprenden, se relacionan, crecen y transformándose transforman.
Ya estoy en la puerta de entrada, tras la frase pronunciada por muchos niños ¡Julio abre ya!
El sol del otoño es generoso. Y aquí viene lo bueno. Madres que besan fuerte fuerte a sus hijos mientras ellos ya salen al encuentro de sus compañeros de clase. Una madre con tres hijos diminutos les invita a que se besen entre ellos y se deseen un buen día y cariñosa les dice: nos vemos a las 5. Un padre muy alto se agacha a besar a su hijo mientras le dice te quiero y el niño contesta yo a ti también. Algunos entran de la mano y, al llegar a las filas, se separen hasta el encuentro al final de la jornada. Madres que desean a sus hijos una magnifico aprovechamiento y otras que le entregan el desayuno de media mañana cuidadosamente envuelto, como si de un regalo se tratase.
Al salir del Colegio padres y madres se llevan a sus lugares de trabajo, un cariñoso beso, una frase amable, el contacto con la piel de sus hijos y, con ello, arrancan su tarea diaria.
El sol sigue siendo generoso. Julio cierra la puerta. Nos vamos a clase. La jornada para aprender y compartir nos espera. Llevamos los besos que les damos a nuestros hijos y las buenas palabras en los bolsillos.
Buen día a todos. Nos encontraremos de nuevo al final de una jornada llena de corazón.
Nona te emociona