Dormir bien, clave para evitar el sobrepeso en los niños
Entre los motivos que pueden propiciar la aparición de la obesidad y el sobrepeso en los niños y adolescentes españoles se encuentra una mala rutina de sueño que se relaciona con una alimentación inadecuada.
Además, el sueño juega un papel fundamental en el desarrollo saludable durante la infancia y la adolescencia al apoyar el desarrollo físico y neurobiológico y facilitar el aprendizaje académico y los procesos de consolidación de la memoria.
Como afirma el doctor Diego García-Borreguero, director médico internacional del Instituto del Sueño de Madrid, “Dormir poco o mal produce una disminución de la liberación de leptinas, que son unas hormonas que intervienen en el control de la saciedad, así como un incremento de la liberación de grelinas —hormonas gastrointestinales identificadas como un potente regulador de la alimentación y control del peso corporal”. Estas sustancias, además de la insulina, son las encargadas de regular el centro del apetito. “El efecto es el incremento del hambre, con el consiguiente incremento de peso a largo plazo”, asegura el experto.
Estudios como ALADINO 2019, confirman el problema existente con el sobrepeso en la infancia. Según dicho estudio, existe una prevalencia de sobrepeso del 23,3% y de obesidad del 17,3% en niños de seis a nueve años. Y una investigación realizada por la Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil en 33 países de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con una muestra de 411.000 niños y niñas de seis a nueve años, entre 2018 y 2020, sitúa a España en el tercer país europeo con mayor prevalencia de sobrepeso y el cuarto en obesidad.
Las familias juegan un papel importante en la adquisición de buenos hábitos de sueño de los hijos, especialmente en los primeros años. Por ello, García-Borreguero insiste en la necesidad de mantener unas rutinas de sueño y vigilia: “Así, la función del reloj biológico, que controla cuándo dormimos o estamos despiertos, se ve fortalecida y regulará con mayor facilidad y predictibilidad el sueño”.
Para el experto, fortalecer esta función durante los primeros años es crucial para mantener un buen hábito de sueño cuando sean adultos.