Semana Santa en familia
La Semana Santa es un tiempo privilegiado para compartir en familia, conocer las tradiciones propias de este tiempo y celebrar la fe que hemos recibido. Así que es muy bueno que nuestros hijos desde pequeñitos comiencen a vivirla, acompañando a Jesucristo en su pasión, muerte en la Cruz y resurrección.
Cuando son pequeños, por su edad, los niños no tienen la capacidad de comprender completamente lo que estamos viviendo durante la Semana Santa, pero nosotros como familias podemos guiarlos para que desde pequeños vivan, a su nivel, lo que la Iglesia vive.
¿Cómo podemos vivirla en familia?
- Asistir a los oficios propios de la Semana Santa, y rezar en familia.
- Poner algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana Santa.
- Como padres y madres, queremos que las enseñanzas de estos días se queden en los hijos para toda la vida. Estos días son un gran momento para reforzar la enseñanza de los valores y virtudes.
- Para ayudarlos a comprender lo que recordamos en estos días, es aconsejable leer historias sobre la Pasión y Resurrección.
- Podemos hacer actividades en familia que refuercen en los niños la idea de que estamos viviendo un tiempo muy especial, Así, por ejemplo, podemos ver películas sobre la vida de Cristo adecuadas a su edad. Podemos decorar y/o buscar huevos de Pascua en familia, o cocinar juntos platos típicos de estas fechas: Potaje de vigilia, torrijas, pestiños, buñuelos de viento, rosquillas, platos con bacalao, espinacas con garbanzos… Incluso organizar algún concurso con estas recetas.
- Para lograr tener presentes todos los oficios y momentos de la semana es bueno hacer un calendario con los niños. Si es necesario le podemos poner dibujos que les ayuden a recordar qué momento estamos viviendo, y contarles historias sobre qué celebramos cada día y qué significa cada una de nuestras celebraciones:
Domingo de Ramos
El Domingo de Ramos da inicio a la Semana Santa y es la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Se llevan ramas de olivo o de palma a la iglesia para conmemorarla.
Jesús montado en un asno entra a Jerusalén para celebrar la Pascua, y mucha gente lo aclama. Y aquella acción toma un gran significado, porque recuerda antigua palabras proféticas que hablan de un rey que vendrá con sencillez, y que dirá palabras de paz.
Nosotros cada Domingo de Ramos recordamos aquel hecho, aclamamos también a Jesús y lo reconocemos como nuestro único Señor. Pero lo hacemos también conscientes de que el camino de este nuestro Señor es el camino de la cruz.
La bendición y la procesión de los ramos significa la felicidad que nos da seguir a Jesús, la aclamación a Jesucristo.
Jueves Santo
Al atardecer del Jueves Santo nos reunimos para celebrar la última cena de Jesús con sus discípulos. Su último encuentro con ellos antes de la pasión y su entrega hasta la muerte, su vida para siempre.
Jesús se levanta y realiza un gesto sorprendente: lavar los pies a sus discípulos, enseñándonos cómo debemos vivir: poniendo nuestra vida al servicio de los demás.
Y junto con ese gesto, toma el pan, toma el vino, y se lo da diciéndoles que aquel alimento es su Cuerpo y su Sangre, y anunciándoles que será para siempre el sacramento de esa presencia.
El Jueves Santo comienza el Triduo Pascual. Por la tarde, se conmemora esa Última Cena de Jesús junto a sus Apóstoles. Tal como hizo Jesús, el sacerdote, tras el Evangelio, lava los pies a doce varones.
Tras la comunión, se traslada el Santísimo Sacramento al “Monumento”, donde se reserva la hostia consagrada, desde el Jueves al Viernes Santo.
Viernes Santo
El viernes antes de Pascua es un día de luto, ya que se recuerda el viacrucis de Jesucristo. Jesús muere en la cruz por cada uno de nosotros.
Jesús ha sido detenido en la noche, en Getsemaní, y ha sido conducido ante los tribunales judíos. Le acusan de blasfemo, de pretender habla en nombre de Dios, saltándose las autoridades y las leyes religiosas de Israel.
Y luego Jesús será llevado a los tribunales romanos y será condenado a muerte.
El Viernes Santo queremos vivir muy adentro el dolor de Jesús, y al mismo tiempo queremos vivir nuestra fe más profunda en él.
Las lecturas hacen mención a lo que vivió Jesucristo mientras caminaba al monte Calvario, donde fue crucificado.
Al finalizar el Evangelio, se realiza una oración universal. Y pedimos que la vida nueva que brota de la cruz de Jesús renueve a la Iglesia y a toda la humanidad. Después se adora la Santa Cruz. Posteriormente, el sacerdote acude al Monumento y recoge las sagradas formas.
El viernes Santo es un día de abstinencia, oración y recogimiento, además del ayuno.
Se reza el Vía Crucis. Dentro de las iglesias hay 14 estaciones. Representan las escenas del camino de Jesús hacia su crucifixión. Nos paramos ante cada cruz. Delante de cada estación, reflexionamos sobre lo que vivió Jesucristo, durante su camino a la Cruz.
Hay tradiciones que podemos vivir con nuestros hijos. Por ejemplo, la visita a los siete monumentos, que se realiza entre los oficios de Jueves Santo y Viernes Santo. Consiste en acudir a siete iglesias distintas a ver y rezar, con el monumento.
Fue San Felipe Neri quien impulsó en Roma esta costumbre de visitar los siete Monumentos, como forma de unirse a Jesucristo en su Pasión. Organizó estas visitas a siete históricas iglesias romanas: las cuatro Basílicas principales (San Pedro, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán), y las iglesias de San Lorenzo, Santa Cruz y San Sebastián.
Sábado Santo
Es un día de luto, pues se trata de un día de silencio. En la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección, se celebra la Resurrección de Jesús en la Vigilia Pascual.
Es una noche en la que se entona el Pregón Pascual, también conocido como «Exultet» por su primera palabra en su versión en latín.
En la Vigilia Pascual, es habitual el bautismo de niños. Pero también, cada vez más, de adultos de todo el mundo. También se renuevan las promesas bautismales.Al concluir la Vigilia Pascual, se canta el Regina Coeli, alabanza a la Virgen María, para unirnos con alegría a la Madre de Dios por la resurrección de su Hijo Jesucristo.
El rezo de la antífona de Regina Coeli fue establecido por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo al rezo del Ángelus cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación.
Domingo de Pascua de Resurrección
Es el día más grande del año, la fiesta más importante para todos los cristianos. Se conmemora la Resurrección de Jesucristo, celebrando también un nuevo comienzo. Es el día en que celebramos que el amor de Jesús ha vencido para siempre sobre el mal y el pecado. Celebramos el camino de vida y de salvación que Jesús ha abierto para nosotros.
Con el Domingo de Resurrección empieza el tiempo de Pascua, hasta el hasta el domingo de Pentecostés. Es un Tiempo de alegría y de gozo, porque Jesús ha resucitado.
Produce una inmensa alegría el compartir con nuestros hijos el significado de cada uno de estos momentos. Para que lo entiendan, puede ser bueno utilizar material didáctico y hasta plástico para que lo trabajen a lo largo de la semana. Puede ir desde colorear dibujos alusivos a cada oficio o resolver acertijos hasta hacer representaciones.