El tiempo en familia, clave para la felicidad
Eduardo Baura, profesor de Historia Contemporánea del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, explica en un artículo de ABC la importancia de dedicar más tiempo a la familia, a pesar de las apretadas agendas de padres e hijos.
Como cada año, septiembre trae consigo para muchos de nosotros la vuelta al trabajo. Un retorno que supone un drástico cambio en el día a día, pues del descanso de las vacaciones pasamos, en unas horas, a vernos imbuidos en el frenesí de un sinfín de tareas.
Con la vuelta al trabajo, necesariamente disminuye el tiempo que dedicamos a nuestra familia, a la que ahora vemos, con suerte, unas horas al día. Y es que, a pesar de que el teletrabajo ha permitido mayor flexibilidad en este sentido, la realidad es que en muchas ocasiones no está en nuestra mano volver antes a casa.
Sin embargo, lo que sí podemos hacer es trabajar la actitud con la que afrontamos esta pérdida de tiempo en familia que dedicamos a nuestros seres más queridos. Es decir, aunque de lunes a viernes no podamos evitar dedicar más horas al trabajo que a nuestra familia, sí podemos intentar mantener intactas nuestras prioridades decidiendo cómo aprovechar ese tiempo del que sí disponemos. En ese sentido, puede ser útil aplicarnos una frase del conocido y siempre estimulante Víctor Küppers: «Lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante».
Una sencilla forma de hacerlo –que suena más fácil de lo que es, pero merece la pena esforzarse en lograrlo– es intentar que, al traspasar el umbral de nuestro hogar, los asuntos del trabajo se queden al otro lado de la puerta. De esta manera, podremos dedicarnos, en cuerpo y alma, a nuestros seres queridos, empezando por nuestra mujer o nuestro marido y siguiendo con nuestros hijos, que tanto nos necesitan durante estas primeras semanas de colegio.
Pues, por muy intensa que sea la vuelta al trabajo y por mucho esfuerzo que debamos dedicar a nuestra labor profesional, no debemos olvidar que, como señala Nacho Tornel –aprovecho para recomendar su libro Relacionarte a todos los matrimonios, especialmente los jóvenes–, «la felicidad se juega en casa». Al fin y al cabo, pocos en su lecho de muerte lamentarán no haber pasado más horas en el trabajo.